jueves, 18 de febrero de 2016

El mirón.

Mi mujer estaba siendo follada, con mucho placer, por su joven
amante y en mi excitada presencia.

- Maridito, no me aguantas nada - me dijo ella con sorna mientras su
joven amante seguía barrenándole sin piedad el coño.

Instantes después mi mujer estallaba en un sonoro orgasmo, chillando
como hacía tiempo yo no la oía hacerlo así en una follada. Pero
antes de que Luis se corriera, Alicia tuvo otro tremendo orgasmo y
en el momento en que el joven se corría en su peludo conejo, ella
tuvo un tercero que le hizo decir:

- ¡Aaaah... pero que bueno... que gozada... soy la más puta de todas
las mujeres casadas... como gozo jodiendo con un joven mientras está
delante, viéndolo, el cornudo de mi marido!.
- Pues todavía no hemos acabado, cerda - le dijo Luis - Ahora tu
marido te la va a meter en el chocho, que lo tienes bien lubricado,
mientras yo te estreno ese culo de zorra que tienes.

Era verdad lo del estreno pues, aunque yo lo había intentado un par
de veces, Alicia nunca había querido saber nada de que yo le diera
por el culo. Sin embargo ahora, la muy puta, no hizo la menor
objeción. Es más, meneó un poco su tremendo pandero y le dedicó a
Luis una sonrisa de lo más sugerente. Entonces el chico dijo:

- Venga, Elías, empieza a comerle el culo a tu mujer para dejárselo
a tono. Sácale con la lengua la lefa que yo le he dejado en el coño
y embadurnale el culo.

Desde luego aquel chaval era un degenerado, pero su propuesta me
puso supercachondo, aunque más excitada pudo a mi mujer ya que
exclamó:

- ¡Sí, sí, maridito, cómeme el chocho para sacarme la lechecita que
ha echado Luis ahí y luego chúpame el ojete, con la lengua bien
llena de su semen, cabronazo, que Luis lo encuentre bien blandito y
lubricado cuando estrene mi culito, quiero darle mucho placer con mi
culo!.

Me situé detrás de mi esposa y empecé con la tarea de prepararle el
ano siguiendo las indicaciones de aquel joven tan vicioso. Rebañaba
con la lengua la leche que rezumaba del coño de mi esposa y luego
trataba de meterle la lengua en el ojete tan profundamente como era
capaz para lubricarle la entrada anal. Mi esposa deliraba de placer
con mis chupadas y por el morbo de la acción, gritando:

- ¡Así, así, Elías, prepárame bien el culito para que me lo estrene
Luis, mete bien la lengua, cabronazo, cómete la leche de mi amante y
chúpale el culo a la puta de tu mujer... así... así... aaah... que
gusto!.

Después de un rato preparándole el culo a mi mujer, Luis me dijo que
me echara de espaldas en la cama y luego le indicó a Alicia que se
tumbara sobre mi, metiéndose mi polla en el coño. Cuando mi mujer se
ensartó mi rabo, me dijo:

- Gracias, querido cabrón, por haber insistido en emputecerme y en
que te pusiera unos buenos cuernos. Lo estoy pasando de maravilla y
de ahora en adelante voy a ser cada vez más puta, querido, ya lo
verás.

A continuación Luis inició las maniobras para taladrarle por primera
vez el culo a mi esposa. Sin duda mi trabajo en su ojete había sido
bueno pues la polla del chico entró, sin demasiadas dificultades,
consumando el desvirgamiento anal de mi mujer.

Los movimientos de Luis en el trasero de mi esposa eran lo que hacía
que ella se moviera sobre mi polla de modo que los tres
disfrutábamos a la vez. Alicia no tardó ni medio minuto en empezar a
chillar como una cerda diciendo que se corría y que estaba gozando
como nunca.

Enseguida tuvo un orgasmo y yo, caliente perdido, le lancé mi semen
dentro del coño corriéndome con un placer que nunca antes había
experimentado.

Luis, por su parte, seguía dándole por el culo cada vez con mayor
furia y así siguió, entre alaridos de placer de mi putísima esposa,
hasta que se corrió por fin, inundándole el culo con su joven y
espesa leche. Cuando acabamos, los tres estábamos exhaustos pero
todos estuvimos de acuerdo en que aquella viciosa relación no había
hecho más que empezar.
Saludos y hasta la próxima.

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